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Guia de juguetes y otros objetos para perros

Después de que muchos de mis clientes me pregunten sobre qué tipo de juguetes son mejores o peores para sus perros, comparto aquí una pequeña guía sobre el tema. Es importante saber que no todos los juguetes sirven para lo mismo y, definitivamente, no todos los juguetes sirven. También debemos tener en cuenta que las primeras veces que nuestro perro interactúa con un objeto nuevo deberemos supervisarle para asegurarnos de que todo va bien. Si tenemos un perro sensible o miedoso deberemos seleccionar y graduar especialmente la interacción con objetos nuevos, procurando escoger aquellos con los que mejores experiencias podamos tener. Al final, lo que queremos conseguir es que nuestro perro disfrute y aprenda a emplear su tiempo en actividades diversas.

Pare empezar, lo primero que debemos considerar en el momento de elegir un juguete perruno, teniendo en cuenta que cada individuo es diferente, es: ¿qué efecto me gustaría obtener en mi perro de un objeto en particular? 

(1) Que mi perro se relaje en casa. 

En este caso, no falla el conocido y internacional Kong classic. El uso más popular del sencillo pero duradero objeto de goma sigue siendo relleno con comida. Lo que no todo el mundo sabe es que el efecto que tiene en nuestros perros es normalmente relajante, facilitándole un entretenimiento contenido y tranquilo que nos ayudará a proporcionarle tareas en casa una vez ya ha salido de paseo, ha entrenado con nosotros o realizado otras actividades relacionadas con una más elevada actividad. Lo ideal es que en un principio la comida de dentro sea fácil de obtener y poco a poco vayamos añadiendo más complejidad al asunto para que nuestro compañero siga con su objetivo de sacar todo el alimento sin abandonarlo a medio camino por frustración y aburrimiento.

En verano, se puede poner en el congelador y alargar el tiempo que se tarda en vaciarlo. También podremos poner la creatividad a trabajaro ideando rellenos diversos y saludables para acompañar alguno de estos juguetes. Es importante tener en cuenta que una dieta equilibrada es fundamental para nuestros compañeros.

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También son útiles, sobretodo para cachorros, otros objetos rellenables que puedan mordisquear a la vez que van obteniendo premios. Es fundamental que escojáis buenas marcas y, para este efecto, evitéis productos que puedan ser ingeridos parcial o totalmente por el animal causando graves consecuencias.

Otro clásico que recomendamos para ofrecer a nuestro perro algo que hacer en su “tiempo libre” en casa son los huesos (especialmente diseñados para perros). El objetivo en este caso es que el perro dedique una parte de su tiempo a roer, mordisquear y lamer el hueso proporcionado, olvidándose así por un rato del sofá, las zapatillas o el mando de la tele. Hay de distintos tipos en el mercado, de mayor o menor calidad. Junto a vuestro veterinario, deberéis aseguraros de que no hay alergias y otras intolerancias que nos hagan descartar este tipo de complementos. No hay secretos, lo ideal es que sea vuestro perro el que os vaya respondiendo a la pregunta de ¿cuál le gustará más? Eso sí, es muy recomendable ir haciendo rotación de huesos, escondiéndolos un tiempo para luego volver a hacerlos aparecer en un momento en que nuestro perro lo cogerá con más ganas. También podemos untarlos con comida de más valor para estimular la interacción inicial.

Os preguntaréis ¿qué pasa con los elementos “home-made“? No nos olvidemos de ellos, accesibles para todos los bolsillos. Si somos creativos podemos ofrecer objetos nuevos con los que interactuar temporalmente. En estos casos más que nunca: supervisemos.

  • Cajas de cartón con algún elemento apetitivo dentro.
  • Cartones cilíndricos rellenos de algún elemento apetitivo.
  • Botellas de plástico con pienso dentro.

(2) Que juegue él mismo de una forma activa.

A parte de mordisquear o lamer, podemos ofrecer a nuestro perro juguetes con los que divertirse de una forma más activa, desarrollando otro tipo de comportamientos. En este caso, os recomendamos el Kong Wobbler, que deberemos rellenar con premios secos o incluso con bolitas de su propio pienso. En la mayoría de los casos es necesario un proceso de aprendizaje para que nuestro perro comprenda cómo funciona. En sí mismo, todo un reto. ¡En ello estamos con algunos de nuestros alumnos!

Lo ideal es disponer, en este caso, de un espacio amplio y seguro en el que el perro pueda jugar sin que moleste al resto de la familia. También puede ser buena idea proporcionárselo en el exterior.

(3) Que podamos jugar juntos en el exterior y el objeto sea un “motivador”.

Jugar al tira y afloja puede ser un buen recurso para que nuestro perro queme energía, se divierta junto a nosotros y, lo más importante, desee acudir a nuestra llamada, estar cerca nuestro, confíe en nosotros y nos prefiera (por un motivo claro y en momentos puntuales) ante otros estímulos distractores. Este tipo de juguetes podemos hacerlos nosotros mismos con restos de camiseta, con hilos de “trapillo” u otros materiales elásticos o también podremos adquirirlo en diversos formatos: peludo simulando una presa, con elementos plásticos, de cuerda, etc. Según el perro que tengamos en casa deberemos seleccionar uno u otro, teniendo en cuenta tamaño, dureza, motivación de nuestro perro y otras características. Es importante que no se los dejemos para que los destruya a su aire y los reservemos para el juego en común.

Podremos utilizar este tipo de juego en numerosas ocasiones prácticas que enseñamos día a día a nuestros clientes. A través de técnicas que respetan el bienestar de nuestro perro, iremos añadiendo aprendizajes muy importantes para la vida cotidiana en sociedad, como el “ven”, “espera” o “deja”.

Jugar a la pelota siempre es una opción, pero es recomendable no hacerlo “de cualquier manera”. Para ello es ideal seleccionar un tipo de pelota adecuado, por tamaño, seguridad y textura. Las pelotas de tenis son una de las opciones menos recomendadas, aunque entendemos que son más económicas y accesibles. En lugar de disponer sólo de una pelota, es mejor tener dos (que sean idénticas para que no adquiera preferencia por una de ellas) y poder intercambiarlas con el perro, de manera que una vez me acerca la que lleva en la boca, le lanzo la siguiente.

(4) Que mi perro pueda ir aprendiendo a resolver problemas con mi ayuda y supervisión.

En este caso, estamos hablando de proporcionar retos mentales, juegos interactivos, problemas sencillos que el perro deberá resolver para encontrar lo que quiere. Este tipo de juguetes son interesantes para estimular la ejecución proactiva de comportamientos con el objetivo de que sean reforzados, es decir, que el perro tenga éxito y quiera repetirlos. Si vemos que nuestro perro desiste, emite señales de estrés o se pone muy nervioso deberemos bajar el criterio y disminuir la dificultad del juego poniéndole los premios más accesibles, vigilando también los tiempos de práctica que muchas veces son excesivos.  Cuando ya tiene claro lo que tiene que hacer será el momento de ir añadiendo dificultad.

(5) Objetos para practicar el cobro y/o la discriminación de palabras. 

Un ejercicio muy interesante que pocas personas practican con sus perros es del de enseñarles los nombres de diversos objetos. Para ello, deberemos empezar con uno de ellos y practicar el cobro (que sepa traer el objeto hasta nosotros). Una vez domina este ejercicio, iremos introduciendo nuevos objetos.

Por último, recordad que es mejor empezar a jugar con ellos cuando están tranquilos. Si queremos evitar perros que todo el día nos proponen actividad, deberemos enseñarles a estar relajados en diversas situaciones, empezando por dentro de casa. Un perro estimulado pero con capacidad de descanso es un perro más feliz. ¡A por ello!

Artículo escrito por la etóloga Sílvia Rodellar de Indicans, si quieres saber cómo ayudar a tu mejor amigo de cuatro patas, puedes contactar con ella en:

http://indicans.cat/ www.facebook.com/IndicansGossos

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